Honey

miércoles, 5 de enero de 2011

Soy así de bicho raro. Y cuando se supone que ya han acabado la diarrea sentimental ocasionada por tanto dulce navideño, es cuando a mí me da la morriña de pararme a observar cómo pasa el tiempo. No importan la presión, ni el estrés, ni las obligaciones... Aquí y ahora. Siento que he de hacerlo ahora mismo, y mis propias manos piden a gritos golpear las teclas para paliar el ansia del corazón, explicando por escrito sus reflexiones.

En este caso, como diría Berri, una canción me ha abierto la herida. Una herida que ahora supura recuerdos al ritmo de melodías de otro tiempo. Recuerdo al detalle aquellos días. No sólo sensaciones, incluso olores y sabores me evocan estos pensamientos. 

Y ahora me río, y pienso que la única máquina del tiempo que el hombre ha conseguido construir, es la música. Escuchar Busted, MyChemicalRomance y Green Day me recuerda inevitablemente, a mis 13 años. El paso de Nowayout y Dover a Fe de Ratas y Los Muertos de Cristo, a mis 14. Unos 15 de Dikers, Boikot, The Offspring, que se entrelazarían con Segismundo Toxicómano, Linkin Park, Extremoduro (mucho), Barricada, Evanescence y algunas canciones de otros estilos que jamás había pensado escuchar, con los 16. Y esa variedad marcó mis 17, Scorpions, Nirvana, y descubriéndome dos nuevos indispensables: Radiohead, y Berri Txarrak, grupo que tanto está marcando los 18.
Y estos son sólo los que más me apetece destacar, porque realmente hay tantos que no cabrían aquí. 

El caso es que yo no pretendía hacer un compedio de mis grupos favoritos, sino hablar del trastorno que me causa el discurrir del tiempo. 'Cause de hardest part of this is leaving you...pass.

Cuando uno se da cuenta de que los años han pasado por él, no de la forma más obvia (esto es, envejeciéndolo), sino de la manera más profunda.Que el tiempo te ha cambiado. Que hasta fisiológicamente no eres el mismo, sino otra persona. Pregúntale a tus células: Seguro que no hay ninguna que recuerde que esto con la Noelia de los 15 años no pasaba.
Y en esta pausa, parado en el camino, ni avanzando ni retrocediendo (no al menos por voluntad propia), notas que tu equipaje es muy distinto al que llevabas en la maleta cuando saliste a la vida. En lo recorido, has perdido sueños e ilusiones, fuesen más efímeras o más profundas; has dejado muchas personas, porque consideraste que ya habían llegado a su destino,o porque se cansaron de andar contigo, os separásteis de mutuo acuerdo, o simplemente pasó; también cosas materiales (me viene a la mente ese piano que tristemente me mira en mis fugaces visitas a su casa, que es la mía), buenos y malos hábitos (de éstos nunca se pierden tantos como nuevos se recogen). Y si te pones a pensar, partes de tí y características de tu persona, muy íntimas, cayeron en batalla también al caminar (Ay, mi añorada inocencia y mi querida ignorancia sobre tantas cosas...). A cada paso, con un paisaje distinto, que era querido u odiado según las experiencias que viviese en ellos.
Pero, aunque este pasaje anterior esté cargado de connotaciones personales, no siento que el cambio sea algo bueno o malo. 
Es más, no quiero usar 'perdida' en su acepción triste (aunque probablemente lo haya hecho). Por compensar, también diré, que el hueco que en mi maleta iban dejando las cosas que se vertían de mí, fue siendo ocupado por muchas otras que encontré en mi camino. Nuevas esperanzas, renovadas aspiraciones y frescos sueños. Otras personas, que avanzando un poquito más en el tiempo, resultaron ser incluso mejores que las anteriores ( y con este apartado concluiré más adelante). Y más cosas materiales (Lamentablemente, estás son las que llegan con más facilidad, y de las que con más dificultad a menudo se prescinde...), y pienso en todos esos libros que pasaron por mis manos este año, y me cambiaron, incluso más radicalmente que el todopoderoso tiempo. Y con distintos escenarios nuevos, también. Incluso escenarios de fuera de mi propio teatro (éstos me fascinaron sobremanera...)

Perdón, si como siempre, hablo de forma tan enrevesada, tan poco clara o tan divagante y tan poco concreta, pero como siempre, está el temor de que alguien pueda descifrar más de mí de lo que yo quiero mostrar. 

Todo lo anterior no deja de ser más que pura mierda teórica. Que si la recortas de mí y la pegas en algún otro afín, encajaría a la perfección, por no dejar de ser un modelo, sin nada de significación real.
El contenido personal (e intrasferible) de este escrito viene ahora:

Que el tiempo pasa, es algo no sólo obvio, sino una naturaleza contra la que no se puede luchar. Y no pretendo cometer ninguna locura al respecto. Sólo digo que lo que los años me han traído de fortuna, esas cosas que tanto adoro y quiero tanto, no se los lleve el mismo transcurrir que me los dio, por favor.
Hablo de esas personas que están siempre conmigo.
De la chica a la que siento mi hermana, y de la muchacha que es para mí mi alma gemela. De el hombre que me enseñó a amar. Del joven que me descubrió la brillante filia. De mi tan idolatrado maestro, que como siempre, sigue sin saber que lo es. De mis chicas traviesas, que hacen de mí un yo más feliz con su sola presencia. De la niña petarda que tanto me enorgullezco. De la atípica pareja que da siempre lo mejor de sí para que yo pueda obtener lo mejor de mí. De la familia de verdad, y de mi turbia y carmarthense familia postiza. Y otros cuantos más, de cuyo nombre no doy cuenta (escrita).


El tiempo pasará a si ritmo, inevitablemente, propiciando el olvido. Cambiarán de estado las cosas que acontecen ahora, en el futuro. Y las vivencias pasarán a ser recuerdos. Y los nombres, imágenes.
La cabeza es torpe, esto es así.
Pero hay cosas que están grabadas a fuego, en el corazón. Y eso tipo de cosas, ni se olvidan, ni se transforman.

Cosas que no son más que los momentos vividos con vosotros. Y lo que me me hacéis sentir.
Y vuestros nombres.

 

De pequeña, solía escucharme American idiot del tirón, sin tener ni idea de lo que significaban las letras. Esta era mi canción favorita. Ahora, que sé lo que significa, me llega al alma. Y pienso cuántas personas han pensado, o pensarán esto de mí.

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