Tangerine

 Otro clásico. Este sabor me encantaba, pero lo acabé aborreciendo.

-Esa es tu historia, Naira.

-Naira... Qué ridículo.

-¿Qué?

-Nunca en mi vida he sido ella.

-No te equivoques. La vida que has vivido, no ha sido mentira. Simplemente no podíamos abriros los ojos hasta que no llegáseis por vuestro propio pie a nuestras puertas.

-¿Qué importa ahora si fue verdad, si ya soy otra persona distinta?

-Sólo has cambiado. Todo en este mundo lo hace. La tierra, las criaturas, incluso los elementos. -Deberías sentirte afortunada. A partir de ahora, no volverás a cambiar. Vivirás eterna.

-Pero ya no soy humana. Soy Aniobe, hija de Hemera.

-Eso lo sentías ya desde hace mucho. Desde el día en que despertaste tras tu sueño.

-Pero jamás imaginé que acabaría siendo el monstruo que soy ahora.

-¿Te estás escuchando? ¡Pero si eres Aniobe! ¿Un monstruo? ¡Tu madre fue la Deidad más bella de cuantas nacieron de Caos!

-Nix la envidiaba por haberla hecho tan perfecta. Lo sé, ya me lo has contado. Pero soy incapaz de sentirme una diosa sabiendo cúantos han muerto para que yo viva.

-Podrás vengarlos. Ahora eres la Deidad reina. Tus poderes son incompables, puros, puesto que tu sangre es la menos diluída. Esto es algo que el resto acepta. Zenetha te seguirá sin reservas, y Orto, aunque no guarde tu simpatía, será muy útil por sus ansias de batalla.

-...¿Y cuál es el precio que he de pagar?





Otro dia pasa en mi vida sin pena ni gloria. Como ayer. Como mañana.
Y yo inamovible, le guardo un rinconcito a la esperanza. 
Qué triste es ser un soñador que nunca duerme.


Y entre el miedo y pasiones anhelo mi inocencia perdida.
Cansada estoy de vivir amores de compañía.

''Pon flores salvajes en mi pelo
y un lobo a los pies de mi cama,
pájaros blancos en mi pasillo,
sombrillas en mis ventanas, porque
mis viejos sueños han caducado como una botella de leche
y los nuevos se han perdido sin que nadie los aproveche.''