Crushed Pineapple

sábado, 8 de mayo de 2010

Y Alice despertó del sueño.

O simplemente regresó de una realidad a otra, aún no estaba segura. El País de Las Marasvillas no podía haber sido un simple espejismo onírico. Ella había sentido de verdad. Curiosidad, intentando descubrir qué era aquello; frustración, cuando se encontraba perdida; alegría, sobre todo a la hora del té, en ocasiones miedo, cuando pensaba que faltaba poco para que su cabecita dejase de ser sustentada por sus hombros...
Entre otras muchas cosas, por supuesto.

Pero ¿y las personas que allí había conocido? ¿Existían ellas?
Tras pensarlo, concluyó que sí, pues fue una de ellas la que la sacó de golpe de aquel mundo.

Al principio Alice se sintió terriblemente confusa. Sentía como si le hubiesen arrancado un órgano vital, la ilusión. No era la primera vez que esto ocurría, tan desorientada como estaba, fue un golpe crítico a su esperanza. Y de esta forma, entraron la tristeza y la impotencia, y el dolor se hizo el rey del lugar, ocupando el trono del corazón de la muchacha.
Como siempre, volvió a sonar la dulce melodía del cristal haciéndose añicos por el suelo. Todo alrededor suyo se tornaba oscuro. Alice estaba preparada para sumirse en la profunda depresión.

Sólo que esta vez, algo fue distinto. 

Alice miró al suelo, y sonrió timidamente. Lo hizo porque por fin estaba decidida a mirar al frente.
No iba a huir más. No iba a esconderse más. Ya no podía volver a Wonderland; había sido desterrada vilmente de aquel lugar. Pero ella ya no quería volver. Ya había recibido de las esperiencias allí vividas todo lo que necesitaba, había conocido la moraleja.

Tenía que enfrentarse cara a cara a sus problemas. Dejar de evadirlos, y asumir responsabilidades.

Por primera vez en la vida, me da igual si voy a perder o ganar.
No me importa en absoluto el qué pasará.
No voy a volver a dejarme coaccionar por el miedo nunca más. 
Voy a hacer las cosas bien, aunque ya sea tarde.
Pienso enmendar mis errores, y no evadir mis problemas.
Seré sincera de una vez, a todas sus consecuencias.

Y lo que tenga que ser, será.
 





















Esta entrada correspondería a la noche del 4 de Mayo.

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