¿Qué me cabe esperar?

domingo, 28 de agosto de 2011

Porque si no podemos ser otra cosa, ni vivir de otra forma... ¿acaso cabe esperar algo?
Ni si quiera Kant tenía muy clara la respuesta a esta pregunta. Él decía que no es lo mismo vivir con esperanza que sin ella. Yo, como filósofa aprendiz de pacotilla me lo salto a la ligera, y no sé qué pensar.
No hablo de encontrar un sentido, o algo por lo que merezca la pena vivir. Hablo de qué me cabe esperar. Del nacer, crecer, reproducirse y morir. O del 'El Señor es mi Pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar'. 
¿Qué me cabe esperar? A mí. Qué hay para mí en el futuro que yo pueda querer reclamar. 
Porque ahora lo veo todo diferente, comprendo por fin esas cosas que son las que los demás piensas que les cabe esperar de la vida. Incluso he llegado a desearlas, un poco. A encontrarlas apacibles y sencillas, unas decisiones acertadas para que el trascurrir de los años 
no conlleven excesivas preocupaciones o molestias. 
Pero la insidiosa vocecilla no se calla. No se conforma. Mi reloj biológico no logra ni por asomo tumbar a esa silenciosa voluntad que sabe lo que quiere, pero no lo comparte conmigo, muy a mi pesar.
Tengo ansias de rebuscar en ese cajón desastre lleno de trastos y enredijos y ver si en algún rincón esta esa vida que es la única que quiero esperar, me quepa, o no. 

Don't turn around

martes, 26 de julio de 2011


That's all I want now. I know you're an idiot. Just a Child. Can't understand me. Can't help me at all. So I'm gonna help myself. I'll stand by you, right here. And that's how I'll feel better. You won't do anything, I promise. I won't let you do anything, 'cause may you hurt me like so many times before, like so many people before you. Just let me stay here just a little tonight. 

Pirómana de corazones

domingo, 17 de julio de 2011

Ya no. Ya nadie escribe. Ya nadie dice nada. 
No piensan, no hay pues nada que contar.
Ya no. Ya nadie escucha. Porque ya nadie dice nada.
No escuchan, no hay pues nada en qué pensar.

Espero que me quede asilo en tí. Porque todos los demás hogares, 
ya los he perdido.
Los bañé en gasolina, y los prendí de mi fuego.
Y así estoy ahora.

Carta de disculpas

domingo, 10 de julio de 2011

Lleva apeteciéndome escribir muchos días. Muchos días de inspiración, pero cruel destino, finalmente me pongo al blog hoy, que no tengo nada que decir, ni ganas. Como siempre pasa.
Supongo que estos dos últimos meses, entre exámenes, y otras redes sociales en las que me he volcado más (por ejemplo Tumblr, que se ha convertido en un buen reflejo de lo que soy yo), toda mi producción de blog se ha paralizado. Tampoco es que tenga nada importante/interesante que decir.
Pero sí que me hubiese gustado desahogar aquí todas las cosas que me inspiraron mis últimos días de clases, todas las reflexiones sobre los libros que he leído en el curso. También, escribir algún que otro agradecimiento a aquellos incombustibles de mi vida que siempre están ahí para darme aliento. Expresar de vez en cuando mis alegrías y tristezas, cómo me va en esto de vivir. O simplemente, ¡diarrea mental! Escribir lo que venga, por mucho que carezca de sentido.
Este blog nunca ha sido un diario, ni he pretendido que lo sea. Y me jode estar escribiendo esto que no es más que un recorte de diario. ¡Joder! Que a mí me gusta hablar de una sola cosa, por impreciso que a veces sea el tema, y aunque sean mil formas las que mezcle para expresarme.
Pero esta es mi carta de disculpas. A mi propio blog, por tenerle tanto tiempo abandonado.
Sabes que yo prometo, pero nunca cumplo, así que no te diré que a partir de ahora te trataré como te mereces. Sólo perdóname. Sé que puedes. Sabes que te necesito.

Coconut

viernes, 29 de abril de 2011

Es curioso. Hace un momento habría dicho: 'Qué sola me siento'.
Pero realmente, no me siento sola. porque desde aquí, nada me parece real. 

He pensado y he sentido tantas cosas diferentes en esta hora que llevo despierta, que ahora que me pongo a intentar escribir para descargarme al más puro estilo Gehlen, no me sale nada. Pero en absoluto.

Y aquí estoy yo, conmigo misma. Y como siempre, todo lo que nace en mí morirá en mí, sin más.
Sólo puedo decir una cosa: 'No vale escucharlo tan bajo que no de dolor de cabeza.'


He aparecido de repente,
como en el silencio en un pueblo que no conozco,
entro a una cafetería, pillo sitio
y me pongo a mirar a mi alrededor:
una pareja besándose, desafiando al mundo,
succionando vida,
inflando beso a beso su amor,
hasta que apenas dejan sitio para los demás
así me pongo a mirar a la televisión...

Aunque las noticias,
todas o casi todas las noticias
les enseñan los dientes a la
felicidad, la escasa felicidad:
Sanz dice que no al euskera
tres palestinos al hoyo, gol del real Madrid,
arma tiro pum, detenidos atados en cualquier
parte y me pregunto qué es esto
si vivir o permanecer vivo, vivir
o permanecer vivo, sobrevivir sin ti

La gente ríe de vez en cuando
cada cual se guarda sus miedos
para sí mismo
somos así
ansiedad, un pozo profundo, no
es nada bueno lo que siento
a veces, a menudo, demasiadas veces,
con mucha frecuencia
me doy cuenta de que no estoy bien
camarero: un café; sólo y doble
esta noche no quiero tener sueños...

Basta ya, no quiero parecer
demasiado oscuro sólo quiero levantar el ancla y
salir al mundo exterior
pero me cuesta, sí
y no hablo de arrepentimientos
ni de culpas
es que tengo varias heridas aún
abiertas
eso es todo, perdona.

Quisiera cambiarte mis poemas
por aquella novela que
escribiste una vez,
para saber de una vez por todas
qué es lo que hacías
mientras yo estaba sufriendo.

Deseo que seas tan feliz como pareces.

domingo, 24 de abril de 2011

Vivimos en una sociedad donde impera la mentalidad sacrificial, vaya que sí. Citaría a Pollán, pero no recuerdo bien sus palabras al respecto, y no me gustaría dejarle mal poniendo en un boca cosas que él no dijo; aunque sí usaré su término. Realmente, a lo que se ajusta ese término, es a vivir sufiendo o sacrificándose, para poder conseguir una recompensa ulterior. Piensen en el cristianismo, y tendrán la idea. Yo lo que quiero decir es eso, pero no.

Pensamos que si nos sacrificamos, que si perdemos algo que consideramos bueno o beneficioso para nosotros, vamos a obtener algo mejor. Nos reprimimos. Fingimos. Hacemos cosas perjudiciales para nosotros mismos. Pensando, que si hacemos eso, todo irá mejor, conseguiremos mejores cosas, o seremos más fuertes, o mejores personas.
¿Qué sentido tiene? Ninguno. Es otra de las gilipoyeces humanas. La autoperfección es tan absurda como la autodestrucción. Hacer esto para conseguir esto otro. Tocar fondo para subir. Mantenerme siempre en la cima. Dejar de ser mediocre. Descender a lo más profundo del abismo. Para, para, para.
¡Así como si el mundo fuese previsible! ¡Como si uno controlase su propia vida y fuese dueño de sí mismo!
La vida es así; salvaje y sin riendas.

Y que nadie es bueno o malo, o peor o mejor. Somos todos la misma carne rellena. Y nadie es especial.
Una amiga me dijo: Cuando hablo con alguien que ha leido el mismo libro que yo, o visto la misma peli, y le ha entusiasmado tantísimo como a mí, siempre me siento una mierda. Me doy cuenta de lo fácil que es que una persona que no me conoce de nada, me llegue a lo más hondo y me fascine, y que no sólamente me pase eso a mí, si no a la mitad de planeta. Y eso me hace pensar en lo poco especial que soy.

Pienso que tiene toda la razón.

Little bean, piece of me.

lunes, 11 de abril de 2011

'Ellos no habían nacido para ser especiales, y ambos lo sabían. Pero siempre un poco más ella que él.'

Y es que no entiendo cómo pude perderla. Ella no era lo que yo siempre había querido, y por eso precisamente me tenía enamorado hasta los huesos. Aunque parecía tremendamente meditabumda y siempre sumida en la tiniebla de sus cosas, escudada en su mirada fría para ahorrarse necios compromisos, siempre tan misteriosa... cuando se dejaba ser ella misma, descubrías que no era más que una niña ruidosa, que decía cosas tontas y no paraba de hacer absurdeces sólo por conseguir llamar la atención y no sentirse tan sola. Una niña a la que le gustaba jugar a los disfraces tanto, que ya no distinguía dónde acababa la máscara y dónde empezaba ella.

Ese don, ése que solo he encontrado en una mujer. El de ser a la vez, lo más cercano y lo más lejano, lo más frío y lo más cálido, lo más recto y lo más absurdo, lo más bello... lo más completo. Lo más raro, lo más sincero, y sobre todo, lo más especial que he visto nunca en mi vida.

Kiwi

jueves, 31 de marzo de 2011

Salt

miércoles, 16 de marzo de 2011

Time waits for no one.

Hasta ahora, me parece que cada oportunidad que he decidido tomar en la vida, ha sido la mejor. Quizá tenga algo que ver que, al fin y al cabo, cada camino es el correcto, que cualquier cosa que uno elija, será simplemente la buena, una vez escogida. No lo sé.
''Mientras no elijas, todo sigue siendo posible.' Pero ¡ah!, niño optimista y esperanzado, el tiempo pasa, y no espera a nadie.
Sartre fue el hombre que cambió mi vida, y creo que se nota, de forma inevitable. 
No puedes andar preocupado ni por las buenas chances que habrás dejado ir, ni por las malas ocasiones que están por llegar, y que tu puedes cometer el error de escoger. A lo estoico, en la vida, como si de un banquete se tratase: sin anhelar lo que aún no llega, sin lamentarnos por lo que ya ha pasado, y sirviéndonos con mesura cuando la bandeja esté por fin en nuestras manos.  Alguien me recordaba hace poco que hay que vivir el momento. Y aprovecharlo, y exprimirlo, y disfrutarlo. Porque nunca sabes cuándo va a ser el último.
Y una vez liberados de la constricción temporal (que por supuestísimamente es de tener en consideración), pasemos a elegir. A actuar.
No creo que, como lo llamaría Pollán, 'el curso de acción' tenga que elegirse como si de un concensionario se tratase: El más bonito, el más funcional, el más caro, el más ecológico, el más potente... Eso puede estar bien para las decisiones que necesitamos tomar por responsabilidad. Pero para las verdaderamente importantes de la vida, ni siquiera debería primar 'El que más me gusta'. Nada de escalas graduales (más/menos)
'Siento que éste es', sería mi respuesta idónea.
Es lo que siempre contesto cuando me preguntan (y lo hacen mucho y muy a menudo) por qué estudio filosofía. Mucho lamento no poder aplicarme el cuento en otros ámbitos de mi vida. (Pero aún albergo esperanza).


Ale, ahí te quedas. Ya he desvariado lo suficiente por hoy. Preciosa película: La chica que saltaba a través del tiempo. Aunque sea de niños, la recomiendo encarecidamente.

Strawberry

sábado, 12 de marzo de 2011

El esplendor de la metamorfosis
Has ganado la punta de maldad que necesitan los buenos para
ser auténticamente buenos.
Has ganado la pizca de obscenidad que necesitan las mujeres
para ser auténticamente misericordiosas.
Has ganado la docena de escaleras, recámaras y dobles fondos
que necesitan los cerebros para ser auténticamente imaginati-
vos y precisos.
Has ganado un par de kilos, pero te sientan como a una diosa
anterior a la era de las liposucciones.
El cambio, de un día a otro, es infinitesimal. Pero los días se van
endeudando con semanas, las semanas imponen normas a los
meses, los meses profieren rigurosas últimas advertencias contra
los años, imperceptiblemente y sin claudicaciones
han pasado cuatro años y eres otra
la metamorfosis se ha cumplido.
Cuando te introduces en la cama a las seis de la mañana después
de haber trabajado toda la noche y quieres hacer el amor

desearía matarte desde luego, pero deseo mucho más
aunque me halle confuso como pez arrojado a la luz desde lo
más hondo del sueño submarino
hasta en tus pliegues más blancos y secretos follarte, 
amiga dulcísima, mientras va amaneciendo a trompicones 
en este barrio de cristianos bemeuves y glaciales céspedes ingleses 
que no hemos elegido y del que esperamos poder escapar pronto.
Has esquivado la baba de la muerte prendida a un hilo de risa
y de miedo deslumbrante,
te has ganado la vida los días en que la vida era tormento 
y también aquellos en que era juego,
estás aquí, intacta y recreada, inconcebible e inconfundible, 
espejeante en la fuerza algebraica del deseo, en el exacto 
esplendor de la metamorfosis.
¡Pero qué guapas sois las chicas morenas con los ojos claros!
Eres
mi
mujer
y estoy tan orgulloso que tenía que escribir este mensaje para
regalártelo, fax mediante, el 17 de diciembre de 1994.


Jorge Riechmann.

Lo que es el amor.

Bitter sweet cream.

lunes, 28 de febrero de 2011


“Me falta algo. Y con el paso de los años me he ido dando cuenta poco a poco de que las decisiones que he tomado y la vida que he vivido han sido una respuesta a esa falta. Lo más significativo de mí, supongo, es lo que me falta.
La carrera que elegí es, casi sin ningún género de duda, una expresión de esta carencia. Con la posible excepción de la matemática pura o la física teórica, que ocupan los primeros puestos del ranking, cuesta imaginar algo más inhumano que la filosofía. Su culto a la lógica en toda su pureza, fría y cristalina; su determinación de salvar las inhóspitas y heladas cimas de la teoría y la abstracción: ser filósofo es estar aislado existencialmente.”

Rowlands.
Yo lo diría de otro modo. Pero por hoy está bien así.


No one's gonna make it happen sick girl
No one's gonna do a thing for you
Don't you realise you don't belong here
No one's gonna do your thing for you
No one's gonna make it happen sick girl
No one's gonna play the game for you
Don't you realise you don't belong here
No one's gonna do your thing for you
And I woke up
And he was there
Oh! This life is over now
I don't need death
I need light
Sick gir
l

Honey II

martes, 15 de febrero de 2011


En ocasiones pienso que esta es la única forma de amar de verdad. Desconectarse la cabeza, y enchufarse el corazón.


Siempre digo más de lo que quiero decir, y menos de lo que debería. Intentar psicoanalizarte a estas horas sólo puede dar estrambóticos resultados.

Coffe, cheaper than...

domingo, 13 de febrero de 2011

Es cuestión de abrir los ojos un día, y darte cuenta de que por fin, la vorágine te ha tragado por completo. Se sabe de repente, cuando despiertas y, por mucho que intentas encontrarlo, no hay motivos que puedan hacerte levantarte esa mañana. Cuando no hay nada que te empuje hacia delante, y poco a poco notas la pudredumbre que has estado cultivando dentro.
 Entre todos sus instintos, el de la supervivencia y el afán por sobrevivir también ha desaparecido del hombre las últimas generaciones. Y se aprovecha de eso para acabar contigo. Si lo piensas bien, todo lo que te rodea está perfectamente diseñado para empujarte a ello: La mierda que comes, la tele que te tragas,el internet mal usado, la música que escuchas, el ritmo de vida que llevas, las personas que tienen la jodida manía de ser indiferentes contigo, o que por el contrario te asfixian y no te dejan más escapatoria...

Y si eso no te convence, piensa en la cuantía de excusas que nos ofrece la vida al ser social para llevarlo acabo: Estoy en paro, voy a morirme virgen, la rutina me consume, mi marido ya no me quiere, mis padres se pelean, yo no quería ser madre, me siento vacío y nada me motiva, no tengo amigos, abusan de mí, me han diagnosticado algo grave, me gustan los de mi mismo sexo, no apruebo ni una...

Y podrá parecer que me jacto de este hecho, o que lo digo a la ligera, muy burlonamente. Ni mucho menos.
Soy la primera a la que esta clase de cosas le han afectado, y más de una vez ha tenido esa oscura idea en la cabeza.

Esa idea oscura, esa vocecilla que no se calla, y te está recordardo constantemente ese ¿Y si lo hiciera, qué pasaría?
Porque hacerlo es tan sencillo. Nunca nadie te lo ha explicado, pero tú lo sabes. Nadie habla nunca de ello, pero siempre está ahí. Lo has visto en películas durante toda tu vida. Lo has leído en libros, lo has visto en las noticias. Se lo has escuchado a otros y sabes que eso ocurre, y por muy a contra natura que sea, la gente lo hace.

Así que vas al cajón de casa. Ahí donde sabes que te está esperando. Sientes como te asfixia la angustia de los momentos preliminares. La sacas, la miras, y te la pones en la boca. Está fría, y aún con toda la alteración del momento, eso ya te empieza a consolar y a paliar... saber que la solución está tan cerca ya.
¡Oh! El maravisollo momento del ruidito que indica que ha atravesado tu garganta. La liberación absoluta: últimos momentos de consciencia antes de... El principio del fin, vaya. Adiós a tu personalidad; hola al cuerpo inerte.

Tampoco es tanta la diferencia entre el suicidio y el Prozac.


(Recuerdo las palabras de Pollán y su conversación con la señora rica tonta pero que dio el braguetazo correcto con un catedrático americano:
-Bueno, y usted, ¿a cuántos psicoanalistas ha ido?
-¿Yo? A ninguno por suerte. ¿Por qué esa pregunta?
-Qué extraño. Yo he estado al menos ya en 50 diferentes y....) 

Por lo demás, simplemente, unas líneas inspiradas por Prozac Nation.

Honey

miércoles, 5 de enero de 2011

Soy así de bicho raro. Y cuando se supone que ya han acabado la diarrea sentimental ocasionada por tanto dulce navideño, es cuando a mí me da la morriña de pararme a observar cómo pasa el tiempo. No importan la presión, ni el estrés, ni las obligaciones... Aquí y ahora. Siento que he de hacerlo ahora mismo, y mis propias manos piden a gritos golpear las teclas para paliar el ansia del corazón, explicando por escrito sus reflexiones.

En este caso, como diría Berri, una canción me ha abierto la herida. Una herida que ahora supura recuerdos al ritmo de melodías de otro tiempo. Recuerdo al detalle aquellos días. No sólo sensaciones, incluso olores y sabores me evocan estos pensamientos. 

Y ahora me río, y pienso que la única máquina del tiempo que el hombre ha conseguido construir, es la música. Escuchar Busted, MyChemicalRomance y Green Day me recuerda inevitablemente, a mis 13 años. El paso de Nowayout y Dover a Fe de Ratas y Los Muertos de Cristo, a mis 14. Unos 15 de Dikers, Boikot, The Offspring, que se entrelazarían con Segismundo Toxicómano, Linkin Park, Extremoduro (mucho), Barricada, Evanescence y algunas canciones de otros estilos que jamás había pensado escuchar, con los 16. Y esa variedad marcó mis 17, Scorpions, Nirvana, y descubriéndome dos nuevos indispensables: Radiohead, y Berri Txarrak, grupo que tanto está marcando los 18.
Y estos son sólo los que más me apetece destacar, porque realmente hay tantos que no cabrían aquí. 

El caso es que yo no pretendía hacer un compedio de mis grupos favoritos, sino hablar del trastorno que me causa el discurrir del tiempo. 'Cause de hardest part of this is leaving you...pass.

Cuando uno se da cuenta de que los años han pasado por él, no de la forma más obvia (esto es, envejeciéndolo), sino de la manera más profunda.Que el tiempo te ha cambiado. Que hasta fisiológicamente no eres el mismo, sino otra persona. Pregúntale a tus células: Seguro que no hay ninguna que recuerde que esto con la Noelia de los 15 años no pasaba.
Y en esta pausa, parado en el camino, ni avanzando ni retrocediendo (no al menos por voluntad propia), notas que tu equipaje es muy distinto al que llevabas en la maleta cuando saliste a la vida. En lo recorido, has perdido sueños e ilusiones, fuesen más efímeras o más profundas; has dejado muchas personas, porque consideraste que ya habían llegado a su destino,o porque se cansaron de andar contigo, os separásteis de mutuo acuerdo, o simplemente pasó; también cosas materiales (me viene a la mente ese piano que tristemente me mira en mis fugaces visitas a su casa, que es la mía), buenos y malos hábitos (de éstos nunca se pierden tantos como nuevos se recogen). Y si te pones a pensar, partes de tí y características de tu persona, muy íntimas, cayeron en batalla también al caminar (Ay, mi añorada inocencia y mi querida ignorancia sobre tantas cosas...). A cada paso, con un paisaje distinto, que era querido u odiado según las experiencias que viviese en ellos.
Pero, aunque este pasaje anterior esté cargado de connotaciones personales, no siento que el cambio sea algo bueno o malo. 
Es más, no quiero usar 'perdida' en su acepción triste (aunque probablemente lo haya hecho). Por compensar, también diré, que el hueco que en mi maleta iban dejando las cosas que se vertían de mí, fue siendo ocupado por muchas otras que encontré en mi camino. Nuevas esperanzas, renovadas aspiraciones y frescos sueños. Otras personas, que avanzando un poquito más en el tiempo, resultaron ser incluso mejores que las anteriores ( y con este apartado concluiré más adelante). Y más cosas materiales (Lamentablemente, estás son las que llegan con más facilidad, y de las que con más dificultad a menudo se prescinde...), y pienso en todos esos libros que pasaron por mis manos este año, y me cambiaron, incluso más radicalmente que el todopoderoso tiempo. Y con distintos escenarios nuevos, también. Incluso escenarios de fuera de mi propio teatro (éstos me fascinaron sobremanera...)

Perdón, si como siempre, hablo de forma tan enrevesada, tan poco clara o tan divagante y tan poco concreta, pero como siempre, está el temor de que alguien pueda descifrar más de mí de lo que yo quiero mostrar. 

Todo lo anterior no deja de ser más que pura mierda teórica. Que si la recortas de mí y la pegas en algún otro afín, encajaría a la perfección, por no dejar de ser un modelo, sin nada de significación real.
El contenido personal (e intrasferible) de este escrito viene ahora:

Que el tiempo pasa, es algo no sólo obvio, sino una naturaleza contra la que no se puede luchar. Y no pretendo cometer ninguna locura al respecto. Sólo digo que lo que los años me han traído de fortuna, esas cosas que tanto adoro y quiero tanto, no se los lleve el mismo transcurrir que me los dio, por favor.
Hablo de esas personas que están siempre conmigo.
De la chica a la que siento mi hermana, y de la muchacha que es para mí mi alma gemela. De el hombre que me enseñó a amar. Del joven que me descubrió la brillante filia. De mi tan idolatrado maestro, que como siempre, sigue sin saber que lo es. De mis chicas traviesas, que hacen de mí un yo más feliz con su sola presencia. De la niña petarda que tanto me enorgullezco. De la atípica pareja que da siempre lo mejor de sí para que yo pueda obtener lo mejor de mí. De la familia de verdad, y de mi turbia y carmarthense familia postiza. Y otros cuantos más, de cuyo nombre no doy cuenta (escrita).


El tiempo pasará a si ritmo, inevitablemente, propiciando el olvido. Cambiarán de estado las cosas que acontecen ahora, en el futuro. Y las vivencias pasarán a ser recuerdos. Y los nombres, imágenes.
La cabeza es torpe, esto es así.
Pero hay cosas que están grabadas a fuego, en el corazón. Y eso tipo de cosas, ni se olvidan, ni se transforman.

Cosas que no son más que los momentos vividos con vosotros. Y lo que me me hacéis sentir.
Y vuestros nombres.

 

De pequeña, solía escucharme American idiot del tirón, sin tener ni idea de lo que significaban las letras. Esta era mi canción favorita. Ahora, que sé lo que significa, me llega al alma. Y pienso cuántas personas han pensado, o pensarán esto de mí.